Los mejores juguetes no pitan, hablan, bailan ni parpadean para mantener la atención de un niño. Hay una gran diferencia entre juguetes que ayudan a un niño a desarrollar su imaginación y juguetes que saturan a un niño sin dejar ningún aprendizaje.
Esta semana, nuestra psicóloga Mag.rer.nat. Mariana López, nos ha hablado de la importancia de los juguetes en la vida del niño y el potencial que tienen estos para despertar su imaginación. Por eso nos ha dejado este artículo del blog de «Zero to five» sobre el que nos hace la reflexión de que ahora los niños están acostumbrados a usar solamente juguetes de pila, con botones que aprietan desesperados a la vez que se sobre estimulan.
Nos habla sobre la contaminación en la que viven los niños al tener una cantidad tan grande de juguetes cuando solamente una pequeña parte de ellos tienen realmente un uso creativo. La mayoría de los juguetes logran únicamente saturar a los niños, evitando un juego útil y que fomente la imaginación.
Una rama que se ha caído de un árbol, en las manos de un niño puede convertirse en un bastón, una clase de herramienta para arreglar algo, un instrumento musical o en un arcoiris.
Esto es un ejemplo que nos ayuda a recordar que los niños NO necesitan juguetes elegantes. «Los mejores juguetes no pitan, hablan, bailan ni parpadean para mantener la atención de un niño». El mejor juguete «Requiere que la imaginación cobre vida».
¿Cómo creamos las condiciones para que nuestros niños usen su imaginación? Es fácil ver que su imaginación se hace cargo del exterior. Podemos sonreír cuando nuestro hijo hace girar una ramita y pensamos: «No, los niños no necesitan mucho». Y luego podemos llegar a casa a una sala de juegos salpicada de juguetes parlantes de plástico de color rojo brillante y amarillo. (Incluso pensábamos que compraríamos solo rompecabezas y bloques de madera, pero de alguna manera estas cosas se cuelan en nuestros hogares).
¿Cómo se ve una sala de juegos dedicada a la imaginación? Los juguetes simples incluyen trenes de madera y bloques sin detalles; piñas y ramas; un granero de animales de fieltro; y muñecas suaves y hechas a mano con hilo para pelo y características mínimas. Son los tipos de juguetes que requieren imaginación para cobrar vida.
Las manualidades incluyen acuarelas, hilo para tejer a mano y agujas opacas para coser. Los niños pintan en páginas en blanco, no pintando por números o trazos negros para que coloreen dentro. El tejido crea objetos reales; no están enhebrando un cordón de zapato a través de agujeros precortados.
Hay herramientas para el trabajo: escobas de su tamaño, una estación baja para lavar los platos con pequeños delantales. No hay color que no se encuentre en la naturaleza, no hay plástico a la vista, ni pantallas de ningún tipo.
La hora del cuento es un cuento de hadas contado con títeres de fieltro, paños de seda y elementos de la naturaleza. Cuando llega el momento de un refrigerio, los niños quedan fascinados con el ritual de encender una vela y cantar una canción a las hadas del fuego. Me sorprende lo mágico e infantil que parece.
Recuerda que no siempre podemos jugar en la naturaleza. Pero podemos echar un vistazo al espacio que creamos para nuestros hijos en el interior.
Aquí les dejamos el link del artículo publicado por ZERO TO FIVE: